domingo, 5 de octubre de 2014

LA NOCHE DE LAS NARICES FRÍAS



Por:
Luis Esteban Rey Rey



La muerte del Diputado Robert Serra, me retrotrae a los tiempos, de los asesinatos de Totezó y Danilo Anderson, no sabemos aún quien del gobierno de la Época los Mando a Matar, incluso se dice que el intelectual en esos crímenes, es un Periodista a quien el Chantaje utilizaba y aun lo hace de igual manera con personas a quien saca grandes sumas de dinero. Y pareciera como si hoy fuera 11 de abril de 2002, Nadie sabe quiénes fueron los misteriosos francotiradores que dispararon primero a los manifestantes y luego a los policías que enfrentaban a estos manifestantes, en pleno centro de la capital Venezolana, Pareciera que hace sólo unos días. Lo más probable, es que nunca lo sabremos. Balazos certeros, profesionales… en la cabeza y en el cuello. La mayoría de las víctimas fueron civiles jóvenes y ancianos, policías rasos; personas que directamente no participaban en la Manifestación, recuerdo que un amigo en moto me saco del calvario y me dejo en las Acacia.


Alguien necesitaba incendiar el país. Igual que sus francotiradores, él tenía nombre (Chávez). Recursos, garantías de anonimato y ahora ve por televisión las desgarradoras escenas de la despedida del diputado y tal vez sonría. Si, tampoco olvido Puente Llaguno, disparaban los asesinos, Richard Peñalver y Nicolás Maduro, ambos en cargos públicos. Que vaina con los recuerdos… Perece que fue ayer y todo en el olvido. Cuando en los próximos días, seguramente reaparecerán varios de los Ministros justicieros por la tele, ya Sabemos que a pesar de tantas promesas de justicia, cada vez más patéticas y repetitivas, nadie pagará por la Muerte de Robert Serra. ¿O sí? , o se hará un nuevo show llamado justicia, los que pagarán no serán los verdaderos responsables a quienes mostraran con las caras tapadas…
...Mis padres me ­enseñaron, que era un derecho justo y un deber como venezolano, luchar contra las dictaduras que humillan y escupen nuestra carta magna y venden nuestro país. También nos advirtieron que no nos dejáramos manipular nunca, ni nos dejáramos utilizar por grupos de extrema derecha quienes se aprovechan de las faltas de líderes, que crean un vacío social generado por falta de una izquierda democrática de verdad. Con El partido comunista y los Socialista Venezolanos nunca se cuenta con ellos, porque siempre serán cómplices del régimen de turno, más si este es dictatorial... Con la misma convicción podemos afirmar que los monstruos y payasos que disputan ahora el poder, una vez más, no representan en lo más mínimo los intereses y las necesidades del pueblo Venezolano.
Lo que ocurre ahora en Venezuela, sin duda, no es una revolución. Tampoco existe amenaza de golpe de estado de ultraderecha, como insisten las voces de la izquierda comunista cubana que están con el régimen. Pero arrechera si hay y hubo, igual como hubo un movimiento muy amplio y espontaneo de los ciudadanos indignados, por el abuso y la prepotencia del poder, de un régimen que adolece de experiencia y menos aún la sabiduría de los mal llamados políticos curtidos en el avatar diario del mas necesitado. De los cálculos se encargaron otros, los políticos de la oposición, y los líderes de los movimientos que supieron usar la coyuntura de la protesta espontanea, y que se autonombran representantes del pueblo y de los ciudadanos de a pie y traicionaron a nuestros hermanos del Táchira, quienes con su ejemplo supimos que si somos capaces de hacer las cosas, lo malo es que se aprovechan otros de tales circunstancias. 



El Diputado asesinado no es ni será nunca más o menos importante que los asesinados por el régimen en el Táchira durante las protestas justificadas y constitucionales; El diputado Robert Serra fue asesinado por el mismo gobierno que creo estos monstruos compradores de conciencias que luego se burlan de los que compran y no les cumplen, no es una víctima de guerra mediática, además por su propia lengua que le sirvió para convencer a quienes luego traiciono. Al contrario de nuestros hermanos tachirenses asesinados en su gesta heroica y desesperada acción de muchos de ellos, que permanecieron, en las calles y plazas sin importar las inclemencias del tiempo y la barbarie del régimen. La principal motivación era la defensa de la dignidad, lo que en su expresión mínima, en este momento y en este país, equivalía a derrotar el régimen de Maduro. Entre ellos estuvieron algunos de mis amigos. Discrepé y discrepo con muchas de sus ideas políticas, pero admiro su valor y su conciencia ciudadana.



Ahora, cuando los de siempre, después de ganar las elecciones con trampa con manos ajenas y sangre ajena y vencer a Capriles, su principal obstáculo para su acenso al poder, una vez más nos mienten hablándonos del perdón y de los valores universales, el primer gobierno “revolucionario” el de Chávez hizo lo mismo pero con diferente cachimbo; cuando después de las caretas caídas se destruyen los últimos vestigios de una democracia heredada de nuestros padres y de nuestros abuelos caídos en la lucha contra el peresjimenismo y después contra el castro comunismo al que vencimos y desterramos del país; cuando la tele del régimen, la prensa que han comprado y todo el mundo miente sobre lo que realmente pasa, ahora luego de tantos disparates de nuevo el desgarre de pasiones por lo electoral, el fantasma del “ahora sí que somos mayoría y ganaremos la mayoría de los circuitos, y los vamos a vencer” y cuanto nos cuesta cada vez más distinguir entre el pragmatismo de las derechas y el cinismo de las “izquierdas castristas”, arrepentidas y políticamente desechas, quiero buscar otra clase de palabras; palabras para nuestros caídos, con letras capaces de pedirles que renazcan,  o tierra o sueños sobre sus tumbas. Palabras de todos los colores, para contrapesar lo rojo del color de sus vestimentas y ahogar en el océano las letras Podridas, Satánicas, Utópicas Vomitivas, de ese partido liderado por Pranes gobierneros.



Ahora cuando con horror, pero sin sorpresa, nos enteramos que la cultura, la justicia y los cuerpos de seguridad de Venezuela serán encabezadas por “ Castristas Cubanos y Procastristas venezolanos” esos quienes hace poco tiempo salpicaron las paredes de sangre fusilando a quienes se mostraron en rebelión popular contra Castro, quien  pavimentó el camino con muchos muertos por no querer ser parte de ese comunismo utópico, mucho peor, las montañas hablan de los miles de muertos a causa de querer exportar ese régimen a América Latina, Venezuela no olvida los Muertos de Machurucuto. Algunos de nosotros preguntaremos, ¿cómo nadie quiso ver este enorme caballo de Troya, lleno de comunistas, en el corazón de una resistencia ciudadana en decadencia? Los otros, los que si supimos levantar nuestras banderas de Libertad, les responderemos con nuestros argumentos de siempre, recordando las represiones de Gomes, Pérez Jiménez y Chávez el cinismo de la época de Maduro, el fraude de la del Referéndum y un cuarto de siglo de ofensiva mediática antidemocrática en toda la América Latina.



Pero nuestros muertos del 2001 al 2014 en Vargas, Táchira, Caracas, Carabobo, Zulia y Miranda vivieron y murieron por otras cosas. Lo hicieron por la libertad y la democracia para los pueblos de Venezuela que aún no despiertan del letargo. No fue una lucha para llevar al poder a ningún político y menos a los disfrazados hoy de ovejas pro gobierno y que se encuentran de este lado de la oposición.



Las muertes siempre duelen, pero es doble cuando parece que han sido en vano. Y es triple, cuando sabemos que serán utilizadas como material de construcción para los palacios de los nuevos Amos del poder. Pero en vano no han sido. A los muertos rebeldes y los muertos que se rebelan, el poder siempre les amenaza con lo único que puede matarlos de nuevo: el olvido. A pesar de tantas lágrimas de cocodrilo por la tele, a pesar de las decenas de nuevos monumentos en su memoria, que ya están en los nuevos decretos del gobierno, como sus jóvenes nombres para las viejas calles de Venezuela, con todo y ello este olvido ya es parte del nuevo plan político de las autoridades recientemente autoproclamadas. Pero no será así con los nuestros porque la única manera para salvar a nuestros Muertos del olvido, es juntar toda nuestra rabia y vergüenza, hasta que construyamos un movimiento social capaz de sacar a nuestro país Venezuela de su actual prehistoria. Movimiento que será de abajo y de izquierda, humanista y revolucionario y muy democrático, aunque tal vez no usará ninguna de estas cuatro palabras, para que nuestros muertos puedan por fin descansar tranquilos, mientras los nuestros amigos y compañeros de la MUD se reorganizan para enfrentar la noche del Castro Comunismo que se avecina.




luisestebanrey@gmail.com